"¡Carajo!, sigue la tierra produciendo muchachas graciosas y prietas, y nosotros, individuos, vamos hacia la descomposición. Quisiera yo ser tan permanente como la especie".
"Ah, pero eso no puede ser tan difícil de hacer", pensó ilusamente cuando vio a la patinadora Odette, reina del hula-hula, girar como un trompo mientras colgaba amarrada por el cuello de un aro en lo alto de la carpa del circo.