El aire entra con dificultad, abriéndose paso.
El corazón late furioso, pero quiere calmarse.
La mente te dice que lo último posible es resignarse.
3 de junio de 2011
2 de junio de 2011
"La independecia" y el desorden
Hace ya casi dos meses que estoy viviendo con mi novio, en un apartamento "chiquito, pero acogedor", en el centro de Medellín.
El reto de acomodar todo en un closet, más que un reto ha sido algo imposible y todavía hay una caja y una maleta con ropa que evidencian la falta de espacio.
En los primeros días se mostraron los 'rayones' creados por mi madre y cierta obsesión por el orden se apoderó de mí, por algunos días. Pero luego de una semana santa, en la que hubo una muerte real para reflexionar, me dije que no podía darle tanta importancia a ese tipo de cosas en la vida... entonces me relajé.
La media quitada en la noche anterior perduró una semana en el mismo puesto e igual destino tuvieron los pantalones, uno que otro brasier y los zapatos. Sólo nos preocupamos por la cocina, por sacar la basura y lavar la ropa sucia. No estaba tan mal.
Pero la cosa con los espacios pequeños es que todo resalta y así nuestro "nidito de amor" pasó a ser llamado con cariño "la pocilguita".
Es bueno almenos que los dos somos igual de relajados con el asunto, aunque de vez en cuando entramos en modo robot y nos disponemos a hacer que la casa se vea mejor.
Afortunadamente, el nuevo closet está en proceso de construcción y esta semana viene la chica que nos ayuda con el aseo, pero que casi nunca tiene tiempo disponible.
Y sí, mi madre como que si tenía razón cuando me decía que era desordenada, pero meh, no importa, estoy en mi casa y ¡nadie me jode! :p (solo me estresan las visitas).
El reto de acomodar todo en un closet, más que un reto ha sido algo imposible y todavía hay una caja y una maleta con ropa que evidencian la falta de espacio.
En los primeros días se mostraron los 'rayones' creados por mi madre y cierta obsesión por el orden se apoderó de mí, por algunos días. Pero luego de una semana santa, en la que hubo una muerte real para reflexionar, me dije que no podía darle tanta importancia a ese tipo de cosas en la vida... entonces me relajé.
La media quitada en la noche anterior perduró una semana en el mismo puesto e igual destino tuvieron los pantalones, uno que otro brasier y los zapatos. Sólo nos preocupamos por la cocina, por sacar la basura y lavar la ropa sucia. No estaba tan mal.
Pero la cosa con los espacios pequeños es que todo resalta y así nuestro "nidito de amor" pasó a ser llamado con cariño "la pocilguita".
Es bueno almenos que los dos somos igual de relajados con el asunto, aunque de vez en cuando entramos en modo robot y nos disponemos a hacer que la casa se vea mejor.
Afortunadamente, el nuevo closet está en proceso de construcción y esta semana viene la chica que nos ayuda con el aseo, pero que casi nunca tiene tiempo disponible.
Y sí, mi madre como que si tenía razón cuando me decía que era desordenada, pero meh, no importa, estoy en mi casa y ¡nadie me jode! :p (solo me estresan las visitas).
Siquiera superamos el caos del trasteo. Ya es mucho decir
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