El hombre “hombre” no huele a Old Spice, como nos quiere hacer creer ese pésimo, machista y algo homofóbico, a mi criterio, comercial. Conocí a un francés y puedo decir que fue lo más cercano a estar con un hombre en su esencia. Claro, al comienzo pasé por el prejuicio de que los franceses huelen mal, pero a medida que disfruté su cercanía comencé a sentir un gusto y una atracción por ese olor que me pareció tan natural.
Su aroma era agrio, un poco amargo, olía a sudor, pero no por eso a sucio. Había algo puro y sensual en esa ausencia de olor a jabón o antitranspirante. Además, al pasar tiempo con él, me di cuenta que en realidad era alguien que sí se cuidaba, sólo que no bajo los estándares de asepsia y vanidad que tenemos los colombianos.
Obvio, también me atraen las buenas fragancias y los hombres que siempre huelen a recién bañaditos -suspiro-, pero qué bueno ampliar el panorama olfativo y descubrir a que huele un hombre “hombre”, con o sin ropa.
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